miércoles, 26 de enero de 2011

Nada

Y allá va:
No puedo más, cada día pasa algo que me hace hundirme más y más en el lodo. Un día recibo una mala noticia, al día siguiente mis padres se mofan, al siguiente, otro tanto en clase... todo ello se acumula a la bola que ya tenía, una bola ya bastante grande, por cierto.
No sé qué hacer con mi vida, no tengo claro mi futuro, ni profesional, ni sentimental, ni nada de nada. Cada día que pasa avanzamos un paso más hacia el último día, y todos estos momentos preciosos los perdemos metidos en una clase estudiando algo que no nos va a valer en un futuro, o bien luchando por sabernos lo inservible en nuestras casas.
Con ésto no quiero decir que estudiar sea una pérdida de tiempo, ya que sin ello, no puedes acceder a un posible trabajo (que, tal como están las cosas, será muy difícil) pero no veo la utilidad de estudiar ciertas asignaturas, que además, son obligatorias. Pero así es el sistema educativo.

Por otro lado, me siento vacía  emocionalmente. No he tenido ninguna suerte en el amor, ninguna. Y hasta hace unos meses, no me importaba... pero ahora lo siento como una necesidad. Necesito sentir calor, necesito, mientras lo abrazo, sentir su corazón y escuchar su respiración acompasada, besar sus labios, poder notarlo para saber que es real... y, sobre todo, poder escucharle un "te quiero". No hablo de una persona concreta... no sé siquiera si esa persona existe de verdad. Sólo espero que llegue alguien, aunque no sea el definitivo... pero que me haga sentir, en estos momentos de estrés, que tengo algo por lo que despertarme cada día, que tengo algo por lo que vale la pena luchar.

Me siento sola, aunque no tengo motivos para ello. En mi habitación me angustio en este silencio atronador, que me grita con el sonido de mil voces criticándome, insultándome, mostrándome que hay cosas en la vida que son irremediables, que no valgo para nada, ni he valido, ni valdré. Que no me quiere nadie, que todo el mundo huye de mí, que todo lo que hago no vale para nada, que soy una inútil, un despojo de la naturaleza.
Que no soy nada.
No puedo estudiar, no puedo dar más de mí por culpa de esas voces, que aumentan sus gritos confome pasa el tiempo. Es un círculo vicioso. Un círculo vicioso tan perfecto como irrompible.

domingo, 23 de enero de 2011

Claustrofóbica!


Encerrada en mi habitación desde la mañana, estudiando intentando estudiar un examen cercano y sin preparar.
Necesito salir de estas cuatro paredes, aunque sea para estar frente a la caja tonta viendo un partido de mi equipo merengue. Pese a la urgencia de mis estudios, hago cualquier cosa menos lo importante, como escribir aquí.
Además, esa sensación de claustrofobia se ve incrementada por la soledad, si bien es verdad que muchas personas están conectadas, he aquí la prueba de mi sociabilidad. Espero ansiosa a ver una ventana en la que aparezca el nombre de alguna persona especial, pero es una esperanza, a estas horas, vana.

Lo daría todo por volver a tener un domingo como siempre: viendo películas, jugando al Guitar Hero y viendo el partido de la semana. También podría quedar con mis amigos para pasar la tarde en la fría calle o en una casa a salvo del frío. Pero no es así.

Si tuviera algo que me animara a seguir, una meta, un sueño... intento buscarlos, en serio, no me toméis por alguien que se queja y luego no hace nada por solucionarlo (como creo que piensan algunas personas), pero las pocas ilusiones que tenía las han ido haciendo pedazos poco a poco hasta quedarme a la intemperie. 

Bueno, espero que en estos días me cambie el humor de una vez por todas. Esto va por rachas!!

Mi primera entrada...


Se la dedicaré a las personas más importantes en mi vida: mis amigos.
Lo son todo. Cada uno es un mundo diferente, un mundo maravilloso, misterioso e inmenso, en el que te puedes perder fácilmente. ¿Qué es lo que los hace especiales? Pues que son ellos mismos, sin máscaras de timidez o precaución por el qué dirán.
Tenemos roces, pequeños conflictos... pero a la hora de la verdad, no aguantamos un minuto sin hablarnos y sonreír. Con una simple mirada somos capaces de averiguar lo que pensamos, sin necesidad de palabras.
Con ellos, el tiempo pasa como una estrella fugaz, la cual me concede el deseo que siempre pido: seguir a su lado.
Nadie en mi grupo ha tenido una vida fácil, todos alguna vez hemos tenido problemas de rechazo, por el simple hecho de ser nosotros mismos. Sí, somos unos locos bien cuerdos que sabemos lo que queremos (más o menos).
Cada uno tenemos unos gustos diferentes, un estilo, una manera de vivir... y es lo que más nos gusta, tener la suerte de poder ver la vida con otros ojos, con sus ojos... es algo muy especial.
Sólo podría terminar esta entrada con dos palabras:
¡Os quiero!